Pensamiento visitado 2.324 veces
Por aquí estamos en pleno invierno y los fines de semana fríos y lluviosos pueden hacerse eternos en casa si no sabemos como entretenernos y
entretener a nuestros peques.
En realidad hay muchas alternativas como son los juegos de construcción, manualidades, dibujar, o juegos de mesa. La cosa
pero, se complica bastante más cuando resulta que ambos padres somos ciegos, entonces las alternativas se reducen drasticamente, especialmente cuando intentamos buscar algún juego de mesa inclusivo.
En un post anterior os hablé de Los juegos de construcción magnéticos con los que el Vikingo se entretiene muchísimo, de hecho los Reyes le trajeron otro juego magnético que en vez de estar formado por cuadrados y triángulos, consta de barras de distintos tamaños y colores, y pequeñas bolas metálicas, que también por cierto le ha encantado.
Cartas inclusivas
Así que este fin de semana nos hemos dedicado a las construcciones pero también a las cartas. Sí, las cartas es una de las pocas cosas inclusivas y adaptadas para tod@s. Cuando hablo de cartas me refiero a la típica baraja española, a la de pocker y también a la del juego Uno, y éste es el juego al que hemos jugado.
¿Qué tienen entonces estas cartas que las hacen inclusivas? pues que están marcadas en braille. En el caso del uno, con una letra se nos indica el color de la carta y luego está escrito el número. Las cartas azules van marcadas con una z, las amarillas con una a, las rojas con una r y las verdes con la v. Asimismo las cartas especiales como cambio de sentido, pasa turno, roba 2, comodín y comodín roba 4 también están marcadas en braille.
Si queréis saber más sobre este juego o adquirirlo, Pinchad aquí para ver el juego del Uno adaptado
jugamos al Uno
El Vikingo cumplió los 4 hace 2 meses así que la primera vez que JUGAMOS FUE en equipos, él iba o conmigo o con papá Vikingo. Como ya sabe perfectamente los números y los colores y como las cartas están adaptadas, cada vez que LE tocaba le pedíamos al peque que buscara entre las cartas que teníamos alguna que tuviera el mismo color que la carta del centro o el mismo número. Así hicimos las 2 primeras partidas.
Al día siguiente pidió volver a jugar al Uno, en ese momento estábamos solo él y yo y dijo que él sabía jugar solito, así que empezamos otra partida.
Me sorprendió muy gratamente porque incluso empezaba a recordar para que servían algunas de las cartas especiales, le quedaron muy grabadas las de pasa turno y cambio de sentido que para él y al ser solo dos los que jugábamos, eran lo mismo, que yo en este caso, no podía tirar. También disfrutó mucho lanzándome las cartas de robar +2… Con lo que tuvo más problemas fue con los dos tipos de comodines.
Le tuve que explicar también que no se pueden mirar las cartas de los otros jugadores, por muy buenas intenciones que tenga. Eso tampoco acabó de entenderlo, total él solo quería ayudarme a buscar alguna carta para tirar!
Conclusiones
Lo pasamos muy bien, el peque pudo practicar colores y números además de empezar a elaborar de una manera muy simple algo de estrategia. Por supuesto es pequeño aún para sacarle todo el partido al juego y poder jugar en serio… Como imaginaréis las dos partidas que jugamos solos él y yo aunque una la gané porque pienso que es importante que aprenda a gestionar la frustración y entienda que no siempre se puede ganar, la otra dejé que ganara ya que como digo, aún no tiene edad suficiente para pensar en todas las posibilidades que tiene con las cartas que le tocan. Aún y así seguro que repetiremos, fue muy buena experiencia.
De nuevo comentar que es una gran lástima que las editoriales de juegos de mesa no se pongan las pilas en hacerlos inclusivos para que familias como la nuestra tengamos muchas más opciones recreativas. Y es que gracias a Juls de Bebé a Mordor he visto tantos y tantos juegos de mesa tan chulos… que me causa pena y frustración no poder jugarlos. Así que lanzo al aire la colaboración de esta familia vikinga de jugones por si alguna editorial o particular que haga juegos de mesa y le interese, sepa de nuestra disposición absoluta a ayudar en lo que haga falta para adaptarlos.
Hola.
Yo también soy ciega, y como tu con tu peque, cuando yo era pekeña mi madre me adaptaba las cartas de parejas, poniendome arriba el número, para poder emparejarlas por los números. Y ahora yo, con mi pareja, estamos adaptando el monopoli, que a mi me encanta, pero como bien dices pocos juegos son accesibles.
Te recomiendo un juego que es muuuy accesible para cuando tu peke crezca un poco mas. Es un juego en forma de estrella, con pulsadores. La máquina te hace preguntas y tu tienes que marcar si es verdadero o falso. Muy divertido y accesible, para jugar hasta 5 personas.
El nombre es: verdad o mentira. Un saludo