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¡Hola! no podría empezar mi blog con un post mejor. Lo publiqué en mi otro blog La Lágrima de Amaterasu y ahora lo pongo aquí.
¿Qué mejor presentación de mi vikingo y yo que ésta? y de paso, de papá vikingo, al menos escucharéis su voz y empezaréis a conocerle por su faceta más creativa 🙂
¡Que disfrutéis tanto el post como yo lo hice al hacerlo y que os emocionéis al menos la mitad de lo que yo me emociono cada vez que lo escucho!
Mama, una palabra tan vital en cualquier idioma, cuatro letras que lo son todo para mí cuando las dice mi bebé, mama de alegría, amor, ternura, mama de miedo, pena, rabia, mama de travieso, divertido, risueño… en cualquiera de las maneras, cuando le oigo, el corazón me da un brinco.
¿quién me lo iba a decir? nunca me he considerado demasiado maternal, de hecho nunca fui de esas mujeres que de siempre han querido niños, ¡ni siquiera me gustaban especialmente! Solo para un ratito y de hecho siempre había pensado que no se me daban bien, demasiado movidos, demasiadas preguntas que a veces sin querer me hacían daño… siempre creí que conmigo se aburrirían. Hasta que casi sin darme cuenta, fui cambiando y sentí la que dicen la llamada de la naturaleza, ¡sí! aunque suene a tópico fue así y poco a poco y junto a Juanjo, fuimos imaginando lo que sería tener un bebé, planteándonos si podríamos o no, qué necesitábamos, qué sacrificaríamos y si estábamos dispuestos a ello… y así hemos llegado hasta hoy, con mi pequeño vikingo conocido también como koalita, de once meses ya.
¿Me arrepiento o me he arrepentido en algún momento de ser mamá? ¡nunca! es una experiencia imposible de contar con palabras, día tras día me hace descubrir que es posible querer más y más a mi bebé y sin límites, también me hace descubrir facetas de mi carácter que no me gustan nada y eso me ayuda a conocerlas y aprender a corregirlas o al menos atenuarlas.
Una sonrisa suya, una caricia de sus manitas, uno de sus besitos de caracol, un abrazo, sus bracitos lanzados hacia mí, su sueño tan relajado y profundo encima mío, mi melena como su peluche preferido para agarrar y dormirse… me hacen sentir un mundo de felicidad.
Sus progresos, sus primeros dientecitos, su evolución en la guardería, su gateo motorizado que ya a va a 100 por hora, sus pasitos siempre sujetado por mí, su afán imparable de descubrirlo todo, su fuerza al ponerse él solito de pie cogido a cualquier cosa que le sirva, su traza al hacer ya la pinza con los deditos y coger la comida, sus intentos cada vez más exitosos de llevarse la cuchara a la boca y comer, su afición a probarlo todo y a que casi todo le guste, sus cada vez más palabritas… me hacen sentir un orgullo inconmensurable por todas y cada una de sus hazañas.
También están sus gritos de rabia, sus manotazos, arañazos, patadas, tirones de pelo, llantos desesperados para expresar algo que no sabe decir con palabras y que a veces no somos capaces de entender y nos hace desesperar, perder la paciencia, alzarle la voz y en ocasiones, tener que alejarme un momento dejando a Juanjo al mando del barco, o viceversa, para poder reducir las revoluciones, desconectar y retomar la calma necesaria para volver y saber acompañar al pequeño en esos momentos.
Ni en las noches de insomnio, ni en las de levantarnos cada hora porque el peque llora, ni en todas las cenas con amigas canceladas o pospuestas, cafés o paseos por la tarde de chicas que no hago o hago uno de cada diez, ni todas las diarreas que toca limpiar, ni cacas en los momentos más inoportunos cuando he logrado que estemos listos para salir, ni las rabietas cuando tardo mucho en darle de comer y golpea el plato, mete las manos, se ensucia entero… nada de todo eso ha hecho jamás que me replanteara mi decisión o que me arrepienta ni un ápice.Esto son reflexiones, pinceladas de lo que siento siendo mamá, pero este post tiene otro propósito igual o más importante que es que también conozcáis de primera mano, qué es para Eric su mama, y con ayuda de su papi nos lo cuenta. No puedo evitar llorar y emocionarme cada vez que lo escucho, ¡amor de madre!
¡Gracias bebito y gracias Juanjo por haberme hecho el regalo más maravilloso por el día de la madre!
Us estimo.Para mi mama
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Me encanta el audio!!! Sí, sí os vais a hacer de oro jajajaja a ver si para entonces os acordáis del cuñado-tiet-hermano 😉
Cuqui gaudeix molt d’aquest momento únic que com diu la mare sempre creiexem molt ràpid. Mots petons del teu tete amb qui sempre podràs comptar!
Pero ¡qué chulada! Me ha encantado ??
Qué bonito, Núria…
Y qué gracioso el peque 🙂
Bueno, lo de arañar debe de ir con la edad jajaja yo tengo otro de febrero 2015 y me identifico que no lo sabes bien 😀
Besos
Hola, es hermoso su audio. Felicidades.
Me apunto a tu blog. Mi madre es ciega reciente y lo estoy llevando fatal, con mucha pena y mucha rabia. No sé cómo tratarla, las cosas que hacíamos juntas ya no tienen sentido y sólo tengo ganas de llorar cada vez que la veo. Me quedo por aquí para tratar de entender cómo es su mundo ahora.
Hola Emma, entiendo que la situación por la que estáis pasando tanto tu madre como los que la queréis es dura y complicada. Perder la vista no es sencillo, hay que adaptarse y en una Sociedad como la que vivimos en la que la mayoría de la información es sobre todo visual, cuesta.
De todos modos como puedes comprovar las personas ciegas podemos ser autónomas y totalmente independientes y por supuesto felices con nuestras vidas. Ojalá este blog te sirva para ir comprendiendo poco a poco esta nueva situación, lo que es vivir con esta discapacidad y sobre todo que para cualquier cosa que tu madre o tú necesitéis, no dudéis en contactar conmigo sea a través de las redes sociales o por correo o incluso puedes mandarme tu dirección de mail y te mando mi teléfono.
Por otro lado tengo otro blog orientado al turismo inclusivo: https://blog.sixsense.travel donde puedes ver como viajamos una família siendo mi marido y yo Ciegos, con nuestro hijo y nuestros perros guía. Para que veas que realmente sí se pueden hacer muchas cosas, de hecho la gran mayoría de las que hacía antes de perder la vista.
Muchos abrazos y mucha fuerza para transitar esta etapa que aunque compleja, verás como también aprenderéis mucho y probablemente vuestro vínculo entre madre e hija si trabajáis juntas, se vuelva aún más fuerte.
Muchas gracias por responder, en realidad estamos todavía aterrizando en esto y nos cuesta mucho hacernos a la idea a todos. Han sido muchos ajustes y aún así nada parece ajustar. Me caso dentro de unos meses y ni siquiera tengo ganas de escoger traje de novia ya que mi madre no va a poder estar ahí opinando. El oftalmólogo le dijo que le ajustaría una graduación para aprovechar al máximo el ojo que le queda (un ojo vago sin tratar en la infancia, muy miope) y yo, tonta de mí, pensé que así vería algo, sin embargo, después de llegar las gafas, a pesar del grosor que tienen, que es tremendo, la única diferencia es que ve bultos que le permiten moverse mejor, yo había puesto tantas expectativas en esas gafas… y nada. En fin, que lo llevo tan mal que he pensado ir a un psicólogo yo misma. Un abrazo