¡Feliz segundo día del nombre!

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Y ya tienes dos añitos mi pequeño vikingo. Dos preciosos años en los que has crecido mucho, aprendido tú y hemos aprendido los que te queremos y rodeamos.
Estás y eres precioso, cada día más parlanchín, aumentando tu vocabulario y tu destreza al ablar con frases cada vez más a menudo de dos palabras. Y aunque sacas a relucir de vez en cuando la rebeldía y genio típicos de esta edad, sigues siendo tan dulce y amoroso como siempre.

En tu segundo cumpleaños en el que ya eres más consciente del mundo que te rodea y empiezas a tener tus propios gustos, no podíamos celebrarlo de otra temática que no fuera tu adorada Patrulla Canina.

Mesa decorada de la Patrulla Canina

Ya ves, lo encontramos todo! platos, vasos, mantel, servilletas, globos y claro, hasta la guirnalda de ¡feliz cumpleaños!
Hasta tus tiets te regalaron un conjunto de plato, vaso y cubiertos de la Patrulla para que comas siempre bien acompañado de tus perrunos amigos.
Estuvimos toda la familia y aunque estabas blandito porque aún tenías algo de bronquitis, te lo pasaste bien, sobre todo con el parking que te regalaron con varios coches. Sí, los tut tut bólidos de Vtech cantarines, que si la grúa, que si el camión, el taxi, el todoterreno, etc.
Y llegó el momento del pastel y de soplar tus dos velitas.

Pastel sacher con figura fondant de Marshall encima

El sacher estaba delicioso y la figurita de Marshall de fondant, que por desgracia no hice yo porque no tengo esa traza, era tan preciosa que se salvó de ser devorada 😉 y lo mejor es que cumplió su cometido y es que tú la vieras y la reconocieras todo diciendo «Mashal Mashal!»
soplaste tus velitas, oh yes! tambbién de la patrulla, Marshall y Chase, un poco a regañadientes porque querías seguir jugando así que en cuanto las apagaste, te fuiste a seguir con tu parking.

Fuimos entre todos 20 personas entre tú, tus papis, avis, abuelos, tiets y cosins, metidos en el comedor de casa y fue un éxito de cumple. Todos disfrutamos acompañándote y charlando y claro, disfrutando de la comida. Tortilla casera, guacamole casero, medias lunas con embutido, quesos, patés, jamón ibérico, frutos secos, fruta para quien quisiera… vaya, que no nos quedamos con hambre no.
Tú que no comiste mucho picoteabas entre carrera y carrera de coches porque lo que tú más querías es que jugáramos contigo. Muchas veces me llamabas y cuando me acercaba me indicabas con golpecitos en el suelo a tu lado diciendo «aquí mami, seu!» para que me sentara y jugara contigo. ¡Adoro esos gestos tuyos!

En conclusión, la fiesta fue un éxito porque todos colaboramos, yo me encargué de la decoración, sí! ciega y me quedó bien chula modestia a parte! tu papi se encargó de que llegara a tiempo a casa y al mejor precio, tus avis consiguieron esa delicia de pastel y el precioso Marshall, tus abuelos nos ayudaron a papi y a mí a cocinar y a colgar los globos y la guirnalda y tus tiets y cosins junto con avis, abuelos y papis, hicieron posible que la fiesta triumfara con su compañía, su buen saque comilón y sus risas y sobre todo su amor por ti.

¡Feliz año koalita! te queremos.