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Lo que ayer aprendimos, porque aunque vikingo tenga ya 23 meses, seguimos siendo primerizos en algunas cosas y es que en realidad, nos pasamos la vida aprendiendo y aprendiendo, es parte de su encanto.
La lección de hoy, evitar cualquier elemento susceptible de excitar en demasía a E-chan a partir de pongamos… después del baño, que vienen a ser las 8 de la tarde.
Su papi todo contento le había comprado el sábado una figurita de Zuma de la Patrulla Canina montado en su overcraft y se le
ocurrió dársela ayer tarde. Bueno, os podéis imaginar al peque encantadísimo de la vida con su Zuma. Jugó mientras papá vikingo preparaba la cena, se lo puso al ladito a la hora de cenar y lo tuvo en las manitas al terminar de cenar, lavarse los dientes y con su mascarilla e inhalador.
El drama o el despertar del dragón fue cuando le dijimos que era hora de dormir y pretendimos cogerle a Zuma. La llorera que cogió le duró como una hora, de hecho se puso inconsolable, al final logramos medio convencerle que Zuma tenía mucho sueño y que dormiría con él pero que tocaba dormir.
Se ha pasado la noche super inquieto, despertando cada 2 por 3 y por supuesto lo primero que ha pedido esta mañana sabéis que ha sido? ¡A zuma!
Otro drama a menor escala según cuenta papi ha sido dejar el juguete en casa para ir a la guardería.
¡Si es que de todo se aprende! hay que verle el lado positivo a semejante noche.
¡Abrazos vikingos!